La emoción se respira en el aire. En un inicio de año que todos deseamos tener lleno de buenas noticias, aquí, en el corazón de la medicina, la vida se renueva para muchos. Entre ellos, Marco, un paciente que ha enfrentado la adversidad durante años y que hoy tiene un motivo extra para sonreír.
Tras más de ocho días de recuperación después de su trasplante renal, Marco está radiante, visiblemente emocionado. Con una mirada que refleja la mezcla de cansancio y alegría, está ansioso por abrazar a sus cuatro hijos, quienes, desde lejos, le han dado la fuerza para seguir adelante. "Mis hijos son mi motor, me llenan de amor y esperanza", nos comenta.
Marco comenzó su lucha contra la insuficiencia renal hace seis años, cuando la hipertensión se convirtió en su peor enemigo. Desde entonces, las diálisis se convirtieron en su rutina diaria, una carga que le robó muchas cosas, pero nunca la esperanza. "El proceso de trasplante lo inicié antes de la pandemia, pero la llegada de la crisis sanitaria frenó todo. Luego retomé en enero del año pasado y fue recién este 1 de enero cuando recibí la noticia: había un donante compatible para mí", relata Marco.
Las palabras de Marco son un testimonio del cambio profundo que ha experimentado en su cuerpo y en su ánimo. "He sentido cambios muy buenos, no solo en lo físico, sino también en mi ánimo. Ya puedo comer cosas que antes no podía, y hasta voy más al baño, algo que para mí es una señal de que todo está funcionando bien", dice Marco, mientras sonríe con los ojos brillando de satisfacción. "Ya no tendré que hacer más diálisis, es un cambio bastante grande en mi vida”.
Celebramos la recuperación de Marco, sino también el inicio de un año lleno de esperanza, en el que las buenas noticias también hacen parte de nuestra vida cotidiana. ¡Que comience este 2025 con más historias de renacimiento como la de Marco!