Al salir del área de Traumatología, nos encontramos con Royer Alfredo Cusme; va acompañado de su hermana, ambos procedentes de su natal Chone. Royer, de 27 años, nos cuenta que solía dedicarse a repartir comida en su moto, Sin embargo, un accidente de tránsito cambió su vida. Aquel día, no solo sufrió fuertes hematomas en la cabeza, sino que también enfrentó una grave lesión en el plexo braquial izquierdo, resultado del impacto. Esta lesión le dejó sin movilidad en su brazo, una condición que antes hubiese significado una amputación."Son lesiones muy comunes en accidentes de moto", nos explica la Dra. Andrea Álava, su especialista en mano y microcirugía.

La doctora manifiesta que cirugías como la de Royer buscan restablecer funciones básicas como la abducción del hombro, permitiendo que el paciente pueda elevar el brazo y flexionar el codo. "Hoy en día, en lugar de amputar, lo que hacemos es reconectar los nervios para mejorar la calidad de vida del paciente", señala.Mientras escuchamos a Royer, es imposible no sentir admiración. Lleva más de un año bajo el cuidado de nuestro equipo médico y su gratitud es evidente.

Con su brazo izquierdo, haciendo pequeños movimientos, nos muestra el progreso que tanto esfuerzo le ha costado. "Estoy muy feliz con mi evolución", nos dice, con la mirada puesta en el futuro. Su sueño de volver a practicar deporte sigue siendo su mayor motivación y ese compromiso lo lleva a cada una de sus sesiones de rehabilitación.Esta es solo una de las muchas historias de superación que nos enorgullece compartir en nuestro hospital. Porque cada paso que da Royer es un recordatorio del poder, de la perseverancia y del compromiso de todo el equipo que lo acompaña en su camino hacia la recuperación.