espués de una cita en Ortodoncia, encontramos a Kevin Quintanilla revisando su reflejo en el celular, verificando cada detalle de su dentadura recién corregida. Con 25 años y tras una cirugía maxilofacial que le cambió la vida, Kevin vuelve al hospital, un mes después de la intervención,y con una sonrisa que refleja su satisfacción.

Desde hace varios años, Kevin había enfrentado dificultades con su mordida. "Tenía dos dientes montados, uno sobre otro y eso me complicaba morder bien", nos cuenta. Esa misma anomalía en su dentadura le provocaba un seseo al hablar, un pequeño obstáculo en su vida diaria que hacía necesario el someterse a una cirugía.

A pesar de sus nervios iniciales, hoy Kevin se muestra agradecido y emocionado por el cambio radical que ha experimentado. “Tenía la mandíbula muy salida y no tenía mentón; el cambio físico e incluso estético es increíble”, relata, con una expresión de alegría. Comerciante independiente, al igual que su madre y tecnólogo en actividad física, Kevin ve con renovado entusiasmo la posibilidad de retomar su vida habitual y buscar nuevas oportunidades laborales. Por ahora, sigue siendo cuidadoso con los alimentos duros, pero en general, hace su vida sin mayores restricciones.

Antes de despedirse, Kevin quiso dejar constancia de su gratitud hacia el equipo médico. “La atención ha sido excelente. La doctora y el personal me acompañaron en todo el proceso. Estoy muy satisfecho con el servicio del hospital”, afirma, transmitiendo una sincera emoción y satisfacción. Hoy, Kevin Quintanilla no solo recupera su sonrisa, sino que, con ella, se abre a un mundo lleno de posibilidades.