La señora Ligia Hoyos, de 69 años, ha sido paciente del nuestro hospital desde noviembre de 2017. Regresó a Ecuador tras ser diagnosticada con un adenocarcinoma pulmonar en 2015, en el país donde vivía. La falta de medicamentos en aquel lugar la obligó a retornar, siguiendo el consejo de su oncóloga. En Ecuador, recibió tratamiento integral, enfrentando no solo su diagnóstico inicial sino también una metástasis detectada en ganglios, lo que significó un nuevo ciclo de quimioterapias.

Desde su ingreso al hospital, Ligia destaca la calidad humana y profesional del personal. Asegura que, desde su primer contacto con atención al usuario, experimentó un trato cálido y eficiente. A pesar de los desafíos propios de un hospital público, resalta la dedicación del equipo médico y administrativo.

En su testimonio, Ligia narró un evento crítico durante una sesión de quimioterapia, donde sufrió un shock anafiláctico que la llevó al borde de la muerte. En esos momentos, recuerda con gratitud a Carolina Cobascango, asistente de unidad de atención al usuario que, junto a su hermana, oró fervientemente por su recuperación. Para Ligia, esta experiencia refuerza su fe en Dios y su agradecimiento hacia el hospital.

Por su parte, su esposo Julio Armijos describe esta travesía como una experiencia difícil pero enriquecedora. Destacó la solidaridad que debe existir entre parejas durante este tipo de situaciones y enfatizó el esfuerzo y compromiso del equipo de cuidados intensivos, quienes, según sus palabras, "fueron más allá del deber" para salvar la vida de Ligia. Ambos coinciden en la importancia de la paciencia y la fe frente a las adversidades y expresan un profundo agradecimiento al Hospital Eugenio Espejo por su atención integral. Este testimonio refleja no solo la lucha contra una enfermedad, sino también el impacto positivo de un trato humano y profesional en el proceso de recuperación.