En el décimo piso del Hospital de Especialidades Eugenio Espejo, la luz tenue de la mañana se filtra por los amplios ventanales del área de oncología, donde cada día se libran silenciosas batallas contra el cáncer. Entre los pacientes se encuentra Guido Pozo, un hombre de 50 años, de tez morena y cabello entrecano, quien llegó desde el Puyo tras ser derivado mediante una transferencia médica para continuar su tratamiento especializado.
Hace poco más de un mes, a Guido le diagnosticaron cáncer de amígdala, una noticia que cambió por completo su cotidianidad en la Amazonía ecuatoriana. Hoy, lejos de su hogar, enfrenta con serenidad una lucha que combina medicina, fe y gratitud.
“Desde la entrada, todo bien. Muy cordiales, amables”, relata Guido, con una sonrisa discreta que se abre paso entre la fatiga de su tercera sesión de quimioterapia. Aunque no recuerda los nombres, expresa un agradecimiento profundo a cada médico, licenciada de enfermería y personal de apoyo que diariamente le brinda atención oportuna y trato humano.
Guido destaca la calidez que ha encontrado en el Hospital de Especialidades Eugenio Espejo, institución referente de la red pública de salud. Aquí recibe quimioterapia, acompañamiento médico especializado y cuidados constantes. Aunque los profesionales aún no pueden ofrecer certezas sobre la evolución de su enfermedad, Guido mantiene firme su deseo de sanar y volver a su tierra natal.
Desde su habitación, envía un mensaje de aliento a otros pacientes oncológicos y a quienes atraviesan momentos difíciles: “Que pongan ánimos, que crean en Dios. De todo se puede salir con la ayuda de Dios”, asegura, demostrando que la fe y la gratitud pueden ser luz en los días más oscuros.
El Hospital de Especialidades Eugenio Espejo reafirma su compromiso de brindar atención integral y humana a miles de pacientes de todo el país, siendo un pilar fundamental en la lucha contra el cáncer y otras enfermedades de alta complejidad.